Ayer, por enésima vez en mi vida, me preguntaron si era cubano de Cuba o cubano de Miami. Ahora fue un alto funcionario del Gobierno dominicano. Por enésima vez, también, di la misma respuesta: Todos los cubanos, los de Miami, los de Santo Domingo, los de Singapur o los de Ulan Bator (que con toda seguridad los hay) son de Cuba. No se puede ser de otra parte que no sea de la que se es.
En estos momentos en La Habana sesiona el Encuentro de Cubanos Residentes en el Exterior, Contra el Bloqueo y en Defensa de la Soberanía Nacional. Antes a ese evento (donde solo asiste una reducida representación del exilio, los más dóciles con el régimen) se le llamaba Nación y Emigración. Supongo que el cambio de nombre que se hizo a última hora se debe a los airados reclamos de muchos, a través de las redes sociales y la internet (a los cubanos que viven dentro de Cuba se les limita el acceso a Facebook, pero los funcionarios y chivatos entran y están al tanto).
No vuelvo a Cuba desde el 2001. No quiero ser víctima de una humillación que han recibido muchos compatriotas míos: llegar hasta el aeropuerto José Martí de La Habana y tener que volver sin poder pisar suelo cubano. Es una infamia que los dos principales temas de discusión del Encuentro de Cubanos Residentes en el Exterior sean el bloqueo y la defensa de la soberanía nacional, y no el derecho de todo cubano, viva donde viva y piense como piense, de volver a su patria el día que lo decida.
Era inaceptable que la emigración no fuera parte de la nación, es una vergüenza que a una inmensa mayoría de ella se le prive del derecho de entrar en su país y andar libremente por él cada vez que quiera.
En estos momentos en La Habana sesiona el Encuentro de Cubanos Residentes en el Exterior, Contra el Bloqueo y en Defensa de la Soberanía Nacional. Antes a ese evento (donde solo asiste una reducida representación del exilio, los más dóciles con el régimen) se le llamaba Nación y Emigración. Supongo que el cambio de nombre que se hizo a última hora se debe a los airados reclamos de muchos, a través de las redes sociales y la internet (a los cubanos que viven dentro de Cuba se les limita el acceso a Facebook, pero los funcionarios y chivatos entran y están al tanto).
No vuelvo a Cuba desde el 2001. No quiero ser víctima de una humillación que han recibido muchos compatriotas míos: llegar hasta el aeropuerto José Martí de La Habana y tener que volver sin poder pisar suelo cubano. Es una infamia que los dos principales temas de discusión del Encuentro de Cubanos Residentes en el Exterior sean el bloqueo y la defensa de la soberanía nacional, y no el derecho de todo cubano, viva donde viva y piense como piense, de volver a su patria el día que lo decida.
Era inaceptable que la emigración no fuera parte de la nación, es una vergüenza que a una inmensa mayoría de ella se le prive del derecho de entrar en su país y andar libremente por él cada vez que quiera.
Tomado de El Fogonero.
5 comments:
Juan Delgado era una calle por Santo Suárez ¿no?. Esa frase en un cartel de bienvenida es casi una amenaza.
De acuerdo con lo de la amenaza.
Bueno, podría decir también: el que tenga dinero. Ir a Cuba sale más caro que irnos a China o Australia.
¿Alguien puede facilitar la lista de los "exiliados" convocados por el régimen para el circo que montaron en La Habana? ¿Cómo saber quiénes son los "segurosos" que nos tocan en cada país donde vivimos?
Esa reunión en La Habana plagada de traidores leales al régimen. A ellos no les importa la libertad para los cubanos que se han quedado prisioneros en la isla. A ellos no les importa los 75 y más que han tenido que pagar con sufrimiento el defender la libertad del resto de los cubanos, permanezcan pudriéndose en las prisiones. A ellos no les interesa los miles de cubanos que tienen que echarse sobre sus espaldas la mantención de sus familiares en Cuba. Menos que todo les interesa apoyar nuestro reclamo a que los cubanos de afuera no tengamos que humillarnos pidiendo permiso de entrada. Son unos perfectos miserables.
Yo creo que para hablar como lo han hecho Cucú y Edmundo, hay que ser muy ciego, muy miserable -como dice Lori- o que te paguen.
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