Monday, June 15, 2009

Hilda Molina: "La familia tiene que ser libre para unirse"

Mariana Verón y Oliver Galak

La Nación.


-¿Por qué cree que la dejaron salir en este momento?

-Yo no tengo secretos. Lo dije en Cuba y lo repito acá. No tengo secretos científicos. Nunca fui médica de ningún dirigente. No fui mujer de Fidel Castro. Mi encuentro con Fidel Castro fue en una institución [el centro médico del que era directora, Cirem] que él visitaba porque estaba fascinado. No era mi amigo, ni yo era su amiga, ni yo tenía privilegios.

-Pero ¿por qué ahora?

-Fue sentido común: ¿qué va a pensar el mundo si esta señora fallece separada de su hija?

-Su llegada coincide con la internación de su madre, pero también con un período electoral.

-¿Elecciones? No tengo idea. ¿Qué elecciones? Que lo hayan hecho porque hay elecciones acá? no lo creo.

-¿Se va a quedar?

-Me gustaría volver con mi madre. Siempre decíamos de venir juntas, estar un tiempo con la familia y después regresar. Ahora se tiene que poner bien y fuerte. No la veo bien. No les quepa la menor duda de que yo a mi madre en este estado no la dejo.

-Y una vez que se recupere?

-Si se recupera y soporta el viaje, la llevo a Cuba a que vea a sus amistades. Yo tengo la posibilidad de renovar el permiso. Que nadie me considere fuera de la ley. Yo quiero volver a mi país.

-¿Estaría dispuesta a volver aunque siguieran los Castro?

-Parece que los Castro se van a demorar bastante en el poder. Pero ellos no son Cuba, no son la patria.

-¿Qué le gustaría decirle a Cristina Kirchner cuando la vea?


-Mi tema es la familia. Hay una serie de gobiernos que están en favor del diálogo con el gobierno cubano, buscando la democracia en Cuba. Esos gobiernos pueden ayudar mucho. La señora Presidenta es mujer y sabe lo que es la familia. Yo le pediría, tal vez le estaría pidiendo mucho, que ayudara al gobierno cubano a reconstruir la familia cubana.

-¿Eso significa que usted le pediría que promueva una mayor democratización en Cuba?

-Pedirle que proponga la democratización puede ser interpretado como una injerencia en los asuntos internos de Cuba. Pero, por ejemplo, la familia tiene que ser libre para unirse. Que pida que los cubanos seamos libres sin tener que pedir permiso a nadie. Eso es lo que yo le pediría. Y eso lleva implícito un paso en relación con la democracia.

-Cuando la Presidenta estuvo en Cuba y no hizo ninguna declaración por su caso, usted estaba bastante enojada con ella...

-Yo estaba disgustada porque es una vergüenza que para que los cubanos tengamos una limosna de libertad, los gobernantes extranjeros tengan que tener determinadas estrategias. Una vergüenza para Cuba que el gobierno cubano lo exija, aunque sea implícitamente. La mejor estrategia es que haya libertad para entrar y salir.

-Políticamente, ¿cómo se define? ¿Opositora? ¿Disidente?

-Si disidente es disentir del gobierno cubano, yo soy disidente. Tal vez no sea disidente militante. Un periodista me preguntó si tenía pensado hacer una organización anticastrista. Yo le dije: "¡Por favor, no! Yo lo único que sé hacer en mi vida es operar enfermos. Ese es mi mundo".

-¿No siente que su caso puede ser un argumento para los grupos anticastristas?

-Si el gobierno cubano a mí me hubiera dejado visitar a mi familia porque iba a nacer mi nieto, este tema no se habría convertido en público. Yo he sido muy criticada por muchos anticastristas porque me demoré [en cuestionar al gobierno]. Tengo verdugos en todas partes.

-¿Lamenta haberse perdido los primeros años de sus nietos por sus opiniones políticas?


-No fue ni siquiera por mis opiniones políticas. Fidel Castro no me dejó salir de Cuba porque yo renuncié al sistema. Y lo hizo como una especie de escarmiento: el que llega a la posición de Hilda Molina y haga esto, ya sabe lo que le espera. Si él me fusilaba, me hacía un favor. Y yo quisiera que el señor Fidel Castro, el verdugo de mi familia, gane paz en su alma, y el tiempo que le pueda quedar de vida lo pase bien.

-Hay un proyecto en el Congreso para darle la ciudadanía argentina. ¿La aceptaría?


-Sí, claro, porque es la nacionalidad de mis nietos, pero sin renunciar a la nacionalidad cubana. Y, además, porque los argentinos son muy buenos y a mí me honraría tener la nacionalidad de un pueblo que me ha ayudado tanto.


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1 comment:

Anonymous said...

Es cierto que es una vergüenza que un gobierno extranjero tenga que interceder en casos como este debido a la soberbia de FC.
El no es Cuba.