Monday, November 2, 2009

Brainstorm without brain

Uno de los ejemplos más evidentes del totalitarismo del régimen cubano es la demora para "responder" oficialmente a noticias que lo ponen en aprietos, como esta de las confesiones de Juanita Castro. He dicho "responder" con toda intención, puesto que, por obvias razones, el gobierno de la isla nunca "informa" sobre noticias de este tipo, sino que las "responde". Descarto igualmente decir "prensa" porque en estos casos también la noción de prensa es casi prescindible, pues no publicarán nada hasta que no les sea orientado. Seguro que hasta ahora- una semana después de la aparición del libro- estuvieron como en el documental de Eduardo del Llano, Brainstorm, elucubrando y esperando a ver qué decían de "arriba". Una vez ordenado responder, todo es sencillo, no hay ni siquiera que leerse el libro, sólo reorganizar, en el nuevo contexto y con los nuevos datos orientados, el repertorio de descalificaciones al uso.

Y así es el artículo de Jorge Gómez Barata publicado por la Jiribilla del que me han llamado la atención estos fragmentos.

En este caso, la diferencia [de Juanita con otros “peones de la política norteamericana contra Cuba”] proviene de haber conspirado también contra familiares allegados. No hay en esa conducta mérito ni excepcionalidad alguna, sino al revés.
Al parecer el autor pretende ignorar todas las declaraciones de Juanita, y el libro mismo, donde ha dejado claro que ella y todo el que ayudó a la revolución han sido los traicionados y que no recibió dinero de la CIA. Pero esa opinión no cuenta. Ni siquiera para -periodismo elemental - contrastarla. “Fidel es la víctima”, dice al final del artículo. Hasta para el papel de víctima él es el primero. La Víctima en Jefe. También con respecto a la familia, dice:

Las truculentas historias de querellas entre hermanos, padres e hijos hicieron correr las tintas y formaron un recurso manido por los peores panfletos al servicio de la propaganda anticomunista durante la Guerra Fría.
Lo que me hace preguntarme si ese no fue también uno de los recursos de la propaganda comunista china durante la Revolución Cultural, compulsar a los familiares a denunciarse unos a otros, y exhibir las historias públicamente. En Cuba, el capítulo de la familia después de la revolución ha sido muy doloroso y si bien los métodos no fueron los mismos, sí lo fue la violencia con la que el régimen de Castro animó la separación y la discordia. Que me diga, si la negativa del gobierno de la isla a miles de ciudadanos cubanos a entrar al país a ver a su familia, como le ha sucedido a mi madre y a muchos otros que han dado sus evidencias en este blog, es también un panfleto de propaganda anticomunista. Luego:

El hecho es más chocante precisamente porque para tomar distancia de la frivolidad habitual, como ningún otro líder occidental, durante más de 50 años, Fidel Castro se ha esforzado por preservar la intimidad de su familia de los avatares de su actividad pública.
O sea, que resulta que como Fidel Castro –ya no le dicen comandante ni compañero- no ha querido hablar de ello, ya nadie más de la familia tiene derecho a hacerlo, como si Juanita, aun fuera de Cuba, tuviera que deberle obediencia. ¿O es que la molestia está no precisamente en que se hable de la familia Castro, sino en lo que Juanita cuenta de ella? Además, ¿será que alguien de verdad se cree que la única razón por la que Fidel preserva la intimidad de su familia es por no ser frívolo como los otros líderes occidentales? ¿Será que Fidel es ahora un líder “occidental”? Hasta hace poco era un líder del tercer mundo, o al menos de un país socialista, vaya, digo yo.


H/T: EI

2 comments:

Anonymous said...

Personalmente considero que lo más probable es que el artículo de ese periodista (desconozco quién es) no sea una “respuesta oficial”, sobre todo teniendo en cuenta de que desapareció de la página donde estaba, en La Jiribilla. Aunque también creo que es raro que algo sobre un tema tan delicado para el gobierno, y la primera referencia al mismo dentro de la prensa gubernamental, no tenga autorización -bien sea escrito directamente para la revista o sea reproducido de otra- salvo que haya sido obra de un espontaneo con cierto nivel de autoridad –periodista o editor- que haya querido “lucirse”.

Sin embargo, creo que el hecho de que el artículo sea oficial o no, no cambia en absoluto lo principal, es decir: ¿cuáles son las razones por la qué casi todos los medios han tomado ese artículo como respuesta oficial? Creo que esas razones comparten lo mismo que se dice al inicio de este post; aparte, por supuesto de que la retórica del susodicho artículo, si es que no es exactamente la misma, remeda bastante bien la retórica de tantas otras respuestas oficiales.

De cualquier modo, creo que los medios oficiales cubanos seguirán en voz baja su chismorreo -si no exactamente, más o menos como bien se ilustra aquí, a la manera de Brainstorm- esperando, en este caso, a que Castro diga qué poner, si es que, a fin de cuentas, les permite poner algo.

Evidencias said...

Yo no creo que en Cuba se atrevan a "lucirse" con este tema.
Está raro lo de la "desaparición".
Pero como bien dice este anónimo, el mundo entero ha dicho que esta es la reacción oficial de Cuba al libro de Juanita. Por algo será...