Alejandro González Raga, Madrid
Acaba de concluir en Cuba el Encuentro de Cubanos Residentes en el Exterior, una reunión de alrededor de trescientos emigrados residentes en cuarenta y cuatro países de Europa y América. Convocado por las autoridades, y como era de esperar, el debate se centró en temas de interés para La Habana, y sirvió, además, para trazar la estrategia gubernamental en el 2010.
Según recogió el oficialista diario Granma, los "fieles a los principios fundadores de la patria" fueron a denunciar "el bloqueo impuesto por el gobierno de los Estados Unidos", y exigieron la liberación de los cinco espías de la Red Avispa.
El diseño del plan de acción, que es la finalidad real de esta reunión, prevé la realización de encuentros de este género en Republica Checa, Centroamérica y el Caribe, Países Andinos y Canadá.
Resulta cuando menos inquietante el olvido de este grupo de emigrantes, que no llevaba en su agenda —o al menos no entre las prioridades— temas tales como el impuesto sobre las remesas familiares, la reciente modificación de los aranceles aduaneros y los permisos de entrada y salida del país.
¿Cómo pudieron olvidar estos entusiastas de "la libertad y la justicia" a más de dos centenares de prisioneros políticos y de conciencia, a miles de compatriotas que desde hace años esperan una autorización para salir o entrar a Cuba, su país de origen? ¿Cómo pueden olvidar lo que significa la falta de comunicación con nuestros familiares desde cualquier lugar fuera de la isla?
El encuentro y sus resultados son una broma. Muchos de éstos que ahora se suman a la coral habanera, en su momento fueron inevitablemente excluidos, como excluibles somos la gran mayoría de los más de dos millones que andamos dispersos por el mundo: inaceptables, desplazados ya para siempre de nuestra tierra porque en algún momento, cuando muchos de ellos ya eran gusanos, escoria, traidores o agentes, los que estuvimos y están hoy presos, los que ellos olvidan, decidimos exigir entre otras cosas su derecho a regresar sin tener que plegarse a las autoridades, sin tener que convertirse en gusanos rojos.
Acaba de concluir en Cuba el Encuentro de Cubanos Residentes en el Exterior, una reunión de alrededor de trescientos emigrados residentes en cuarenta y cuatro países de Europa y América. Convocado por las autoridades, y como era de esperar, el debate se centró en temas de interés para La Habana, y sirvió, además, para trazar la estrategia gubernamental en el 2010.
Según recogió el oficialista diario Granma, los "fieles a los principios fundadores de la patria" fueron a denunciar "el bloqueo impuesto por el gobierno de los Estados Unidos", y exigieron la liberación de los cinco espías de la Red Avispa.
El diseño del plan de acción, que es la finalidad real de esta reunión, prevé la realización de encuentros de este género en Republica Checa, Centroamérica y el Caribe, Países Andinos y Canadá.
Resulta cuando menos inquietante el olvido de este grupo de emigrantes, que no llevaba en su agenda —o al menos no entre las prioridades— temas tales como el impuesto sobre las remesas familiares, la reciente modificación de los aranceles aduaneros y los permisos de entrada y salida del país.
¿Cómo pudieron olvidar estos entusiastas de "la libertad y la justicia" a más de dos centenares de prisioneros políticos y de conciencia, a miles de compatriotas que desde hace años esperan una autorización para salir o entrar a Cuba, su país de origen? ¿Cómo pueden olvidar lo que significa la falta de comunicación con nuestros familiares desde cualquier lugar fuera de la isla?
El encuentro y sus resultados son una broma. Muchos de éstos que ahora se suman a la coral habanera, en su momento fueron inevitablemente excluidos, como excluibles somos la gran mayoría de los más de dos millones que andamos dispersos por el mundo: inaceptables, desplazados ya para siempre de nuestra tierra porque en algún momento, cuando muchos de ellos ya eran gusanos, escoria, traidores o agentes, los que estuvimos y están hoy presos, los que ellos olvidan, decidimos exigir entre otras cosas su derecho a regresar sin tener que plegarse a las autoridades, sin tener que convertirse en gusanos rojos.
6 comments:
Hace falta que la lista de los asistentes trascienda.Al menos yo me imagino algunos nombres entre los asistentes canadienses, los mismos que siempre andan babeandose en el los consulados de Toronto y Montreal en busca de migajas.
un detalle que me llamo la atencion es que en la declaracion final hablan de mas 400 participantes que era la cuota inicia, pero despues aceptaron que solo 300. esto me lleva a pensar que la declaracion final estaba escrita desde mucho antes de comenzar.
disculpen, no es la declaracion final, sino en la carta a Obama donde hacen mencion de la cifra
He estado buscando lo de los participantes y nada, pero encontré otras cositas en el camino, con las que estoy preparando un post.
Asistieron los traidores de los cubanos olvidados. Los que están presos, los que no tienen quien les envíen remesas desde el exterior, de todos a los que se nos violan el derecho a regresar a nuestro país de origen, a los que dentro de la isla sistemáticamente les violan todos sus derechos. Sencillamente traidores y abominables. Para ellos nuestro desprecio hermanos.
Hay que caer muy bajo para asistir a una reunión de esas, con tu permisito de entrada a escuchar esos discursos y sumarse a ese descaro.
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