Me entero en Penúltimos Días de que una nueva resolución del gobierno cubano imposibilitará a los médicos y profesionales de la salud que haya salido de Cuba como “desertores” la posibilidad de obtener sus documentos docentes. Según la resolución sólo los que han tramitado su liberación a través del Ministerio de Salud Pública debido a una salida “definitiva e indefinida”, podrán tener acceso a estos. Para salir del país como muchos saben, los médicos tienen que esperar cinco años, durante los cuales, la mayoría de las veces, son degradados de sus puestos de trabajo o transferidos a trabajar lejos de su lugar de residencia, entre otros tipos de represalias.
Esta medida tiene mucho que ver con el porciento de médicos cubanos que en la actualidad se encuentran fuera de la isla, en Venezuela, Bolivia, Ecuador, Haití y hasta hace poco en Panamá, entre otros países. También con el hecho de que en algunos países, como Colombia, los “desertores” de esta rama pueden recurrir a los consulados norteamericanos y obtener asilo político de Estados Unidos.
En la actualidad el pueblo cubano –antiguamente orgulloso de ser potencia médica- sufre escases de doctores, y muchos de los que se marchan al extranjero a “cumplir misión” lo hacen con el objetivo de emigrar o de mejorar un poco sus vidas, a veces para conseguir refrigeradores, hornos microondas y artículos por el estilo. Durante muchos años el gobierno cubano ha enviado profesionales alrededor del mundo alegando ayuda humanitaria, cuando en realidad, por sus servicios reciben de estos países ayuda económica –como es el caso del petróleo venezolano- o sencillamente casi la totalidad del sueldo que esos países deberían pagar a dichos profesionales.
Esta medida tiene mucho que ver con el porciento de médicos cubanos que en la actualidad se encuentran fuera de la isla, en Venezuela, Bolivia, Ecuador, Haití y hasta hace poco en Panamá, entre otros países. También con el hecho de que en algunos países, como Colombia, los “desertores” de esta rama pueden recurrir a los consulados norteamericanos y obtener asilo político de Estados Unidos.
En la actualidad el pueblo cubano –antiguamente orgulloso de ser potencia médica- sufre escases de doctores, y muchos de los que se marchan al extranjero a “cumplir misión” lo hacen con el objetivo de emigrar o de mejorar un poco sus vidas, a veces para conseguir refrigeradores, hornos microondas y artículos por el estilo. Durante muchos años el gobierno cubano ha enviado profesionales alrededor del mundo alegando ayuda humanitaria, cuando en realidad, por sus servicios reciben de estos países ayuda económica –como es el caso del petróleo venezolano- o sencillamente casi la totalidad del sueldo que esos países deberían pagar a dichos profesionales.
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