En 1999, mi director de tesis de Doctorado de la Universidad de Tokio, regresando de un año sabático en Estados Unidos y “sin quitarse el polvo del camino”, anunció que en 2000 todo su equipo se iba a Cuba a estudiar la arquitectura de La Habana Vieja. Dejando de lado sus motivos para ello- y las obvias razones de mi abatimiento- tal viaje implicó, para mí, conocer que ya a esas alturas el pasaporte rojo había sido suprimido para viajes como los míos. A lo primero que me enfrenté fue a un par de horas delante los oficiales de inmigración del aeropuerto de La Habana -ya todos mis compañeros habían pasado- mientras averiguaban quién era aquel que desde hacía mas de tres años no visitaba Cuba (pregunta que, por cierto, me hizo directa y seriamente un oficial, como si no visitar con asiduidad el suelo natal constituyera un delito de lesa patria)
Lo segundo, fue ir con regularidad a las oficinas de Relaciones Internacionales de la Universidad de La Habana. Allí me enteré de lo del cambio de pasaporte. ¡Niño! ¡pero que tú haces todavía con un pasaporte rojo!, fueron las palabras de bienvenida cuando les dije que sólo iba a renovar el permiso de salida. En 1997 yo les había preguntado que por qué no me daban un pasaporte gris, pero, evidentemente, mi caso no lo ameritaba. Así que lo que hubiera sido un trámite más o menos de rutina se convirtió en una pequeña odisea, ya que era época de vacaciones y la oficina no abría todos los días ni a todas horas y yo estaba a merced de esto y de las disposiciones de mi profesor. De este modo, pasaporte, permiso de salida, nueva visa en la embajada de Japón, visas de tránsito para Canadá y México, ocurrieron, como siempre, a última hora. Por suerte, a mi director de tesis se le ocurrió incluir en el equipo a una amiga traductora que yo le había presentado y que había vivido en Cuba unos cinco años. Me sentí mal por no poder cumplir con mi labor de anfitrión tal como se esperaba; y estoy seguro que ni mi profesor ni mis compañeros entendieron a carta cabal porqué tenía yo que estar en todos esos trámites. No lo entiende todavía buena parte del mundo.
Posdata: Las siguiente y última parte se posteará próximamente.
No comments:
Post a Comment