En Junio de 2009 publiqué en este blog el caso de Fernando Delgado, a quien el gobierno cubano ha causado daños irreparables. En diciembre pasado, Fernando me contó en un mensaje que su abuelito había muerto y que nunca pudo regresar. Le pregunté por su hija mayor y me dijo que seguía en Cuba, y él sin poderla ver. Su pasaporte, como muestra la imagen que ilustra este post, ha sido cancelado.
Hoy me entero que Fernando se ha declarado en huelga de hambre y me da mucha pena. Trato de aconsejarlo pero lo entiendo. Me imagino como ha sufrido todos estos años. Desde aquí todo mi apoyo para él y su familia.
A continuación un fragmento de su Declaración de huelga de Hambre hasta las últimas consecuencias, desde Viena. Más información en Penúltimos Días.
Hoy me entero que Fernando se ha declarado en huelga de hambre y me da mucha pena. Trato de aconsejarlo pero lo entiendo. Me imagino como ha sufrido todos estos años. Desde aquí todo mi apoyo para él y su familia.
A continuación un fragmento de su Declaración de huelga de Hambre hasta las últimas consecuencias, desde Viena. Más información en Penúltimos Días.
Por medio del presente, deseo comunicar a las autoridades de mi país (Cuba), a través de la embajada que me representa en Austria, mi decisión personal e irrevocable de declararme en huelga de hambre hasta las últimas consecuencias en demanda de solución a mi caso, ambas solicitudes enumeradas en el cuerpo de esta misiva. Iniciando la abstención de ingerir alimentos alojado en el hotel Alla Lenz localizado en Halbgasse 3‐5 A‐1070 Viena, habitación 303 en proximidad a la Embajada de Cuba a partir del día 6 de Enero hora 9:00am, instante en el que haré entrega personal de este documento firmado en manos de la embajadora de Cuba en Austria, Sra. Norma Goicochea u otro representante de la embajada.Mi decisión está basada en mi sufrimiento personal y familiar, en la agonía psicológica que produce la prolongada prohibición de acceder al hogar, a los seres queridos y a mi país; principalmente en esa prohibición de ver crecer a mi hija, de visitarla, de convivirla, de abrazarla.
Mi decisión es el resultado del trato recibido a lo largo de estos años, un trato injusto que recientemente llegó al extremo de prohibirme visitar al ser más querido – mi abuelo‐ en su lecho de muerte, ocasionado un horrible episodio familiar tras su fallecimiento; un trato que ha causado daños irreparables a mi familia, a mi madre, esposa, hija, etc. trato acompañado de un desprecio humillante ante cinco años de reclamaciones formales a través de todos los medios legales al alcance de un ciudadano cubano y provistos por la ley, tales como el Dpto. de Atención a la Ciudadanía y la Embajada de Cuba en mi país de residencia.Honestamente, siento haber llegado al límite psicológico de la tolerancia humana ante el abuso y la humillación.
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