Monday, June 20, 2011

Crónica de una pesadilla que aun no termina

Por Aimara Pérez




Anoche tuve un mal sueño, más bien una pesadilla, como si fuera una historia real, me encontraba en la agencia de viajes a Cuba para comprar un boleto e ir a visitar a mis familiares.

Muy atenta y sin dejar de sonreír me dice la muchacha, que mi pasaporte estaba vencido y que debía renovarlo.

Terminé pagando $ 210.00 por la renovación, $ 475.00 por el boleto, $120.00 de libras extras, $ 25.00 por llevar otro maletín, más los gastos de desayuno (un café, agua y una revista para entretenerme en el viaje).

Bajo un fuerte sol llegué a mi isla preciosa. Cuántos recuerdos, en tan solo un segundo, me vinieron a la mente.

Ver la cantidad del personal de la SGE e emigración a la entrada al aeropuerto José Martí, lograron aturdirme un poco.

Llegué a un salón grande… tenía que esperar a que inmigración revisara mis documentos. Un oficial, con cara de pocos amigos, se dirige a mi encuentro, y me dijo en tono autoritario,

-Necesito que me acompañe a aquel “cuartico”.

En esa hora pensé en FaceBook, Twitter, mis denuncias, todas las páginas que apoyo
reclamando los derechos de los cubanos, etc...) mientras tanto todo el mundo se me quedaba mirando como si la que caminaba al “famoso cuartico”, era la terrorista más buscada.

Una vez dentro, entró un segundo oficial -con ropa civil- y me dijo con una amplia sonrisa:

-Lo sentimos Aimara, no podemos dejarte entrar, no eres bienvenida, tenemos que regresarte en este mismo vuelo.

Estaba sentada…… y como un resorte, me levanté.

Les pedí me explicaran el por qué ellos se erogaban el derecho de prohibirme a mí la
entrada a mi país de origen y le exigí explicación del por qué habían tomado tan drástica decisión violatorias de mis derechos más fundamentales como ser humano.

Me respondió que sabían de mis constantes difamaciones en la red contra el proceso revolucionario.

- ¿Cómo saben? No creo que sea delito, como para no poder entrar, si al final todos los que vienen en mi mismo vuelo, tampoco lo están… por eso mismo se fueron- le dije.

El oficial de civil presuntamente un seguroso, me dijo: Ellos al menos callan lo que piensan, a cambio de usted.

Le respondí, que denuncio en la internet, porque veo absurdo tener que pedir un permiso para salir o entrar (del) (al) país donde nací, y que nunca cometí ningún delito, porque viviendo aquí, nunca tuve libertad de expresión, tenía que pensar y querer lo que tus dueños, Fidel y Raúl, querían.

Por los abusos y atropellos que cometen día a día, por el hambre y las necesidades que hay que pasar si no trabajas en el turismo, o eres hijo de mamá y papá, si no tienes un familiar que viva afuera y te ayude, simplemente te obligan a delinquir… porque te convierten en esclavo.. Cerrándote el acceso hasta de lo más elemental que necesita hoy un ser humano (la internet).

-Por lo menos de esa forma, (en la internet) grito, denuncio, levanto mi voz, por los muchos que no quieren y no pueden hacerlo.


Ya de retorno al avión, fué que desperté.



Tomado de Facebook.

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