Friday, April 24, 2009

Testimonio de Miriam Bressler

Recibido por correo electrónico de la Fundación Cubano-Canadiense / Received by email from The Cuban Canadian Foundation

Abusaron de mis derechos y me separan de mi familia

Por Miriam Bressler

Llegué a Toronto en 1998 junto con mi esposo Guillermo Sambra y nuestra pequeña hija Yessica. Mi esposo fue prisionero de conciencia bajo el régimen de los Castro, fue sentenciado a 8 años en prisión por distribuir panfletos que decían “Vote por la libertad” “Cuba sí, Castro no” “No socialismo, no muerte” “Sí derechos humanos” “Sí libertad”. Gracias a la campaña de Amnistía Internacional, a las presiones del Papa Juan Pablo II y al gobierno de Canadá, entre otras, mi esposo fue liberado.En agosto del 2008 traté de regresar a Cuba para visitar a mi familia. Fui al consulado Cubano en Toronto para renovar mi pasaporte cubano, paso necesario para entrar a Cuba, no importa si se tiene un pasaporte Canadiense. Tuve que pagar 325 dólares y aplicar por un “Permiso de entrada a Cuba”. Esto es una forma de mantener a los cubanos del exilio bajo control y recordarnos que nos tienen en sus manos.

En lo personal, yo creo que el mundo en que vivimos se transforma cada día que pasa en un mundo mejor, donde las ideas y los puntos de vista se pueden discutir sin el temor de ir a prisión o al destierro, sin que te nieguen la satisfacción que produce la REUNIFICACION FAMILIAR. A mí me negaron esa satisfacción, porque yo era en Cuba activista de derechos humanos y sigo siendo una vos de constante crítica al régimen impuesto en mi país por los Castro durante 50 años.El gobierno cubano no sólo sigue robando el dinero de los exiliados, sino que trata además de frenar nuestra voluntad de disentir condicionándola a la obtención de un “permiso de entrada” a nuestro país para reencontrarnos con nuestros seres queridos. Es la fórmula que ha venido usando para tratar de silenciarnos y esto se llama CHANTAGE.

El consulado cubano en Toronto es muy pequeño y muy incómodo donde muchas veces las personas que esperan ser atendidas sobrepasan el número de asientos disponibles. Apenas se puede hablar con privacidad y se siente un ambiente opresivo. Una mujer del consulado aparece y trata de justificarse y me informa que la negación de mi permiso no es culpa de ellos, que eso no lo decide el consulado. Entonces le pedí que esa negación de permiso me lo informara por escrito y firmado por el cónsul, tal y como yo había hecho por escrito mi solicitud de permiso. Era lo menos que podía exigir a estos representantes de la represión en Cuba.Yo estoy muy orgullosa de ser cubana y nunca he usado la violencia para expresar mi descontento con el régimen cubano. ¿Por qué entonces me ha sido negado el acceso a mi país adorado y el re-encuentro con mi adorada familia?El cónsul general me recibió en su oficina y dando muestras de su falta de integridad me dijo que otros cubanos que se han retractado por escrito y han negado su afiliación a las organizaciones anticastristas del exilio, se les ha concedido el permiso. Cuando le dije que esto era una violación del artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, me respondió que en Canadá también se violan, mostrando así su falta de sentido de lo que esto significa. Yo nunca –le dije- voy a renunciar a mis ideas ni a dejar de luchar por la democracia y la libertad de reunirme con personas que prediquen tales ideas, aun cuando esté en juego el regreso a mi tierra para abrazar a mi familia.

Como mujer he sufrido grandemente la represión en mi país pues mi padre, mi hermano, mi esposo y mi suegro fueron llevados a prisión por sus ideas opositoras. Yo soy quien soy, y para mi, el despotismo no es nada más que un producto vencido bajo el cual alguna vez sufrí, en un país donde la doble moral es un modo de supervivencia y los más mínimos logros individuales están condicionados a lo que dices y a lo que haces. Me rebelé en aquel entonces y sigo rebelde. Mis principios y mi dignidad son mi único arsenal contra la tiranía y esos no son negociables.
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They abused my rights and separate me from my family

By Miriam Bressler

I came to Canada in 1998 with my family, Husband (Guillermo Sambra) and little Daughter (Yessica). My husband was a prisoner of conscience of the Castro’s regime. He was sentenced to 8 years in Prison for distributing flyers that read "Vote for freedom" "No Castro Cuba sí" "No socialism, no deaths" "Yes human Rights" " yes Liberty" . Amnesty International did a campaign around the world to get his freedom, also the former Pope John Paul the II and the Canadian government put a lot of pressure on the Havana government in order to get his release.

In august 2008 I did try to go back to my homeland Cuba in order to visit my immediate family for a few days; so I went to the Cuban consulate in Toronto to renew my Cuban passport which for me as a Cuban living abroad, does not matter if you have a Canadian passport, I still have to renew it at the cost of $325 Canadian dollars and apply for a "Permit to enter Cuba" which it is a way for that government to check up on every Cuban and let you know that they still have a grip on you. So if you are good to them you can go. I have the believe that the world is a much better place to live than it was before and every day we’ll have it better where ideas and points of view can be discussed without the fear of one being sent to prison, force into exile and then being denied the happiness of a family reunion. So I was denied that happiness for I am a human rights activist and an outspoken critic of the Cuban regime's philosophies. The Cuban Government does not only want my money but strip us all of our dignity, and our willing to dissent it is conditioned by the possibility of getting an "official permit" to be reunified with our love ones. It is a simple formula the Havana regime is using to silence our voices: (BLACKMAIL).

The Cuban consulate in Toronto is a very incommodious and unpalatable place where the number of people waiting to be served eclipse the reduced number of chairs. It recreates the style of how things are dealt with in Cuba, like a first sight reminder that they still control you. The comments are limited, whispered and encoded.

A lady who works at the consulate told me that the decision came with no explanation when I asked for one, then I requested to have the reason of the denial to my right to enter my country of birth by writing, and signed by the general consul. I am a proud Cuban, and not a fugitive running from the law. Although I disagree with the Cuban government's philosophy, I have never made any threats nor have I taken any violent action against anyone. Why is a Cuban Citizen without a criminal record being denied access to her beloved country and her cherished family?

With all this being said I did get an appointment with the General Consul Mr Laureano Cardoso and he pointed out to other Cubans who have resign to their ideas by disowning their affiliation to no proCastro people and organisations in Canada and in that way they got the permit, no to mention his ignorance in the human rights matter when telling me that in Canada human rights are also violated, reacting to my point that a human right was clearly infringed in my case. (Article 13 of the Universal Declaration of Human Rights.)

I will never reject my ideas of liberty or the alliance with people who preach them in order to get a permit, even if a close hug to my adored family is at stake. I am who I am, and for me, despotism is nothing else but an expiring product that I suffer once, living in a country, where the double standard rules and the most simple accomplishment it is subject on what you say or what you do. I rebelled then, and I still do. Principles and dignity is all I have against the tyranny and that is not negotiable.

2 comments:

Anonymous said...

La respuesta del cónsul de "que en Canadá también se violan" [los derechos humanos] es sintomática del estado represivo cubano. Alegando acciónes represivas (supuestas o verdaderas)de otros -y no necesariamente en el sentido en que se les cuestiona a ellos- actúan bajo principio de que no pueden ser juzgados si el resto (del mundo) no es juzgado primero. Un indicador de su anquilosada noción de que Cuba es "el mejor de los mundos posibles". Implicitamente,admiten que son culpables, y quienes sufren las secuelas de ese sacarmo son las familias cubanas.

A lo mejor el consul se creía de verdad lo que decía, pero con tantos funcionarios semejantes que salen en programas como los de Oscar Haza o en Maria Elvira, a lo mejor únicamente actuaba como un simple repetidor de ordenanzas en el cuidado de su puesto en el extranjero. Y eso también es parte del chantaje del gobierno cubano.

De cualquier modo, es una violación flagrante al derecho de todo ciudadano de salir o entrar libremente a su país. Aparte de la violación del derecho a disentir y a expresar su opinión con libertad.

Deya :) said...

Admirable!!! Hacen falta más personas así. Estoy más que de acuerdo con ella. Hay cosas que aunque nos duelan muchisimo, no nos pueden hacer flaquear. Cambio ya!!!!!