Thursday, April 30, 2009

Evidencias de Emilio García Montiel (2). Parte III (y final)

Habilitaciones, permisos, pago de renovaciones (3)

Cuando en 2001 me establecí en México, al parecer el pasaporte anterior (aun válida su renovación) ya no me era reconocido como identificación, pues ahora encuentro que mi último pasaporte cubano fue emitido en 2001 y, seguramente, desde la misma Embajada de Cuba en México. No tengo (o guardo) algún recibo de su solicitud, entrega o costo. Este pasaporte es semejante al anterior y, salvo la firma autorizada y las prórrogas del 2003 al 2005, carece de todo tipo de señalamiento especial. No es más válido para entrar a Cuba que para viajar sin visa al resto del mundo



Las prórrogas (necesarias porque sin tener la ciudadanía mexicana mi pasaporte cubano debía estar vigente) tuvieron un costo, la primera, de 55 dólares; y la segunda, de 100 dólares. En ambas se aplicó el artículo 7 de alguna ley que desconozco.

La mayor parte de todos esos trámites los hice, tristemente, como otros trámites más, Trámites que, en muchos casos, tienen su origen en la misma falta de respeto y en la misma violencia del gobierno cubano para con las libertades de los ciudadanos de la isla, respalden, o no, al sistema. Y también, por supuesto, para con los cubanos que residen fuera de ella. No sé si esté equivocado, pero con independencia de la decisión de cada cual de ir o no a Cuba, el haberles sido otorgado una habilitación o un permiso de salida es evidencia de violación por parte del gobierno de Cuba del derecho de cada ciudadano de la isla a entrar o salir libremente del país. El miedo a mostrarlo, acaso por temor a que no se les permita entrar a la isla -y reitero que respeto la decisión de cada cual- es resultado también de esa violación, de ese chantaje, de esa violencia.

Adenda: En el momento en que me dieron mi carta de naturalización como ciudadano mexicano, y en la misma oficina, hice el trámite para obtener mi pasaporte, que me fue entregado en dos días. Lo elegí con vigencia de diez años. El costo aproximado para tal vigencia era de unos 1000 pesos mexicanos. Acaso un poco menos que lo que me costó la segunda prórroga de mi último pasaporte cubano. Luego, cuando salí por primera vez al extranjero (a Buenos Aires), y después de que en el check in me dieran mi boleto de abordar y me hicieran las indicaciones al uso, yo quedé esperando que me preguntaran algo más. No sabía bien qué, pero algo más. Tal vez, que por qué viajaba, que quién me invitaba, que de cuanto iba a ser mi estadía, que por que institución viajaba al extranjero. O acaso, alguna admonición. Pero no, nada. La muchacha del mostrador me regaló una sonrisa como diciendo “eso es todo”, y acto seguido alzó su cabeza hacia el próximo en la cola y le dijo “pase”. A la entrada a Buenos Aires me preguntaron: “¿Este pasaporte es nuevo, no?” Y acaso intuyendo que los fantasmas empezaban a deshacerse, deje de lado todas las explicaciones que acudían a mi mente y sólo dije: “sí”. Al regresar a México, la única demora fueron los segundos en que sellaron mi pasaporte, y me dijeron, con una sonrisa que jamás vi en ninguno de los funcionarios de inmigración del aeropuerto de La Habana: “Bienvenido a casa”

4 comments:

Anonymous said...

Para quienes preguntaron que dónde me encontraba: resido en México desde 2001, y desde 2003 soy investigador de la Universidad Cristóbal Colón, en el puerto de Veracruz.

Emilio García Montiel

raulciro said...

Buenas noches. Gracias por compartir estas experiencias. Qué jodido, y perdón por el término, a mí también me pasó algo parecido: al volver a España después de lo de mi padre... Pues, al aterrizar el avión, pensé sin más, " ya estoy en casa, tranquilo...". Qué jodido, hermano.
Gracias otra vez. Siempre servirá de mucho a alguien, a otros, estas acumulaciones de colecciones de absurdos.
Un abrazo.

Eon Flux said...

Emilio, gracias por las historias y peripecias.

Una de las razones por la que no he viajado a Cuba, es la del pasaporte. Quisiera que se me aplicase el Articulo 32, con todo el abrumador peso de la ley!, de la Constitucion.

Pero el mismo gobierno que paso esa Constitucion, se niega a cumplir con sus Articulos.

Y otra razon mas, para que en un futuro ( ojala cercano ), se eriga un Tribunal Supremo, donde los ciudadanos puedan reclamar el cumplimiento de la Constitucion.

Anonymous said...

Gracias, RaulCiro, Eon Flux. En un post anterior, revisando un párrafo de la página web del MINREX (a partir de la revisión anterior que hizo Raul Ciro) Verónica comentaba acerca de que en ese párrafo se hablaba un documento acreditativo de pérdida de la nacionalidad cubana, pero que ella no conocía a nadie que tuviera ese documento. Yo tampoco. Evidentemente, ni siquiera la propia constitucion la cumplen.

El caso más cercano del que tuve noticia hace ya tiempo, fue el de un conocido al que por alguna "irregularidad" en el pasaporte, le dijeron que tenía que renunciar a la ciudadanía para poder volver a salir del país; eso, después,claro, de complicarle bastante la existencia durante el breve rato que estuvo en la isla. Desconozco si le dieron semejante documento.

Seguro que todo esta coleccion de absurdos, como dices, Raul Ciro, servirá para algo. Lo terrible también es que todo ello está a la vista, sin que haya necesidad de decir palabra. Cada pasaporte cubano habilitado, cada tarjeta blanca, cada negativa de entrar o salir de la isla es una evidencia de la violacion por parte del gobierno cstrista del derecho de cada ciudadano cubano a viajar libremente. Eso, sin ir más lejos.

Emilio García Montiel