Cuando salí de Cuba sabía que partía al destierro. No hubo lugar para lágrimas en la despedida. Me despedí de mi hija y de mi esposo sin saber como y cuando nos volveríamos a encontrar. Tardamos tres años y medio en reunirnos nuevamente en España. En Tenerife a donde había sido invitada a presentar mi libro La Voz del Silencio, biografía de la Premio Cervantes cubana Dulce María Loynaz, me tuve que armar de toda mi entereza para no dejar traslucir durante las conferencias que impartía en la Universidad de La Laguna, ni en los actos de presentación de mi libro, las cenas o las entrevistas, el dolor que me embargaba. Sabía que cualquier desliz que cometiera delante de la delegación cubana que no nos perdía ni pie ni pisada podía costarle muy caro a mi familia. Y ese costo podía ser el que no pudiéramos volver a vernos nunca más. La novela salió destripada y llegó por partes, igual que llegó mi familia y fueron también los míos a quienes tocó el riesgo de rescatar los capítulos mutilados que tuve que dejar atrás. Atrás dejamos todo, y de todo nos despojaron: Desde la casa hasta los libros que no nos permitieron sacar. Así todo me considero afortunada. Existen millones de cubanos dispersos por el mundo a quienes no se les ha permitido siquiera volver para enterrar a los suyos.
Ana Cabrera Vivanco
Ana Cabrera Vivanco
Fragmento de una entrevista publicada en El Diario Digital de la Comarca sobre su nueva novela "Las horas del alma". Ana Cabrera Vivanco nació en La Habana, y vive exiliada en España desde 2002. Es periodista y escritora. Publicó en Cuba, "La voz del silencio", biografía de la escritora cubana Dulce María Loynaz.
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